Skimans, mecánicos de altos vuelos

43Esta semana he estado en Lérida, invitado a las aulas de la Asociación Española de Skiman, donde tenía lugar el curso de Nivel I para Skiman Profesional de Alpino. Para los que no la conozcan, ésta es una asociación cuya voluntad es la promoción y la tutela de la poco conocida profesión de skiman, aquellos que se encargan de personalizar, reparar y mantener nuestro material en perfectas condiciones. En el mundo de la competición el skiman es tan demandado y tan respetado como el mejor de los entrenadores aunque, en el esquí de turismo, se sigue creyendo a menudo que quien repara y mantiene nuestros esquís, nuestras fijaciones o nuestras botas es un simple personaje gris sin una cualificación especial. Nada más lejos de la realidad.

Efectivamente, muchos skiman profesionales cobran más que algunos buenos entrenadores y la razón es sencilla de entender: ni el mismísimo Fernando Alonso sería capaz de ganar carreras con un equipo que no fuera el mejor, ni mucho menos con el material en mal estado. Del mismo modo, en el esquí de turismo podemos beneficiarnos del trabajo de un buen profesional, más ahora que la revolución de los nuevos materiales nos ha permitido aprender más rápido y llegar a esquiar con gestos muy parecidos a los que utilizan los buenos corredores. Sin embargo, la mayoría gastamos un dineral en esquís y botas extraordinarias pero no los mantenemos adecuadamente y no sacamos el mejor partido de esa enorme inversión.

Con el tipo de instrucción que se recibe hoy día en una escuela (conducir en el canto, aprovechar las reacciones del esquí, etc.) es relativamente fácil aprender a diferenciar si nuestro material está en buen estado o no y, en consecuencia, a volvernos más exigentes con la elección y el mantenimiento de nuestras tablas y la personalización de nuestras fijaciones y botas. Lo mismo podemos decir de los aficionados al freestyle, el esquí de montaña y al fuera de pista: sin adaptar nuestro equipo a las características concretas de la especialidad que practicamos, no estaremos sacando todo el partido de los nuevos materiales y, quizás, incluso esquiaremos peor.

De ahí la importancia de un buen skiman y de que reciba una formación profesional bien enfocada. Y de ahí mi bienvenida a esta iniciativa para aupar a la profesión hasta el lugar que se merece dentro del mundo de la montaña.

¡Buenas huellas!